1975 fue un año importante para Pink Floyd, marcado por el lanzamiento de "Wish You Were Here" en septiembre. El álbum sirvió como tributo a Syd Barrett, el ex líder de la banda, y exploró temas de ausencia y alienación. Incluía temas icónicos como "Shine On You Crazy Diamond", que cierra el álbum, y la canción principal "Wish You Were Here". La naturaleza reflexiva y emocional del álbum resonó tanto entre los fanáticos como entre los críticos, solidificando la reputación de Pink Floyd de crear música basada en conceptos. La banda continuó realizando extensas giras, actuando en lugares y festivales notables en toda Europa y América del Norte. Los elaborados espectáculos escénicos, con iluminación sofisticada y efectos visuales, se convirtieron en un sello distintivo de las presentaciones en vivo de Pink Floyd, atrayendo a grandes audiencias y estableciendo su estatus como una importante atracción de conciertos. Durante este año, Pink Floyd también comenzó a experimentar con nuevo material que luego formaría la base para sus álbumes posteriores. El éxito de "Wish You Were Here" demostró la capacidad de la banda para evolucionar su sonido y mantener su relevancia en la cambiante escena de la música rock.