1981 fue un año más tranquilo para Pink Floyd en términos de nuevos lanzamientos, pero la banda continuó de gira con "The Wall". Tras el exitoso lanzamiento de la gira en 1980, la banda extendió sus actuaciones hasta 1981, tocando en espectáculos adicionales en Europa, incluida una serie histórica de conciertos en Earl's Court en Londres. Estos espectáculos se destacaron por su elaborada producción escénica, completa con el muro simbólico que se construyó y demolió durante la actuación. El uso dramático de accesorios, animaciones y efectos de iluminación sincronizados continuó cautivando al público, haciendo de la gira "The Wall" una de las presentaciones de rock más emblemáticas de todos los tiempos. Durante este año, la dinámica interna de Pink Floyd fue cada vez más tensa. El papel dominante de Roger Waters en la creación y ejecución de "The Wall" provocó conflictos con otros miembros de la banda, en particular con David Gilmour y Richard Wright. A pesar de estas tensiones, las actuaciones de la banda siguieron siendo un gran atractivo, con el público cautivado por la teatralidad y el dominio musical de los espectáculos en vivo.