1982 marcó el estreno de la adaptación cinematográfica de "The Wall", dirigida por Alan Parker y con animaciones de Gerald Scare. La película amplió los temas y las imágenes del álbum, presentando una representación visual oscura y surrealista de la historia. Roger Waters jugó un papel importante en la configuración del concepto y el guión de la película, asegurando la continuidad con la narrativa del álbum. El lanzamiento de la película recibió críticas mixtas, algunos críticos elogiaron su enfoque audaz de la narración y otros la encontraron demasiado intensa e inconexa. A pesar de la recepción mixta, la película se convirtió en un clásico de culto, solidificando aún más el legado de Pink Floyd como pioneros del rock conceptual. Además de la película, Pink Floyd continuó trabajando en material nuevo, aunque con una participación reducida de la banda. Las tensiones creativas del año anterior persistieron, con Roger Waters asumiendo un papel cada vez más central en la dirección de la banda. Este conflicto interno prepararía el escenario para cambios significativos en la formación y el proceso creativo de la banda en los próximos años.