1983 vio el lanzamiento del duodécimo álbum de estudio de Pink Floyd, "The Final Cut", en marzo. Este álbum fue principalmente un proyecto de Roger Waters, que exploraba temas relacionados con la guerra, las pérdidas y el impacto del conflicto en la sociedad. Fue concebido como una continuación de "The Wall", incorporando elementos que quedaron fuera del álbum original y abordando temas personales y políticos desde la perspectiva de Waters. "The Final Cut" se destaca por su tono sombrío y su falta de estilo tradicional. Colaboración de Pink Floyd. David Gilmour y Nick Mason contribuyeron mínimamente al álbum, y Richard Wright no participó en absoluto, ya que dejó la banda durante la producción de "The Wall". El álbum recibió críticas mixtas, algunos elogiaron su profundidad emocional y otros criticaron su enfoque en la narrativa de Waters a expensas del espíritu colaborativo de la banda. A pesar de la recepción mixta, "The Final Cut" tiene seguidores dedicados y es valorado por su exploración. de temas complejos. El lanzamiento del álbum marcó un punto de inflexión en la historia de Pink Floyd, con el dominio de Roger Waters provocando una creciente fricción dentro de la banda.